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Ilmo. Sr. Dr. Don Manuel Ignacio González del Campillo Gómez DelValle (1803-1813)

El Vigésimo Tercer Obispo de Puebla, (Tercer Prebendado Angelopolitano que ocupa la Sede Episcopal de Puebla), nació en Veta Grande, importante centro minero perteneciente a la Parroquia de Pánuco, en lo que hoy es Diócesis de Zacatecas y entonces provincia de Guadalajara, el 2 de Mayo de 1740.

Estudió Latinidad, Retorica y Filosofía en el Seminario de Guadalajara, cuya «Beca” vistió hasta el año de 1757, así como después la del “Seminario Tridentino» de México, hasta el 1764, donde curso las Cátedras de ambos Derechos, en donde sostuvo brillantes Actos Públicos Escolásticos; fue Conciliarío de la «Universidad Pontificia» de México, donde recibió la borla de Doctor en Cánones; hizo Oposiciones y sustituyó en Cátedras. Desde entonces, hasta el año de 1770, ejerció la Abogacía y defendió causas interesantes del Venerable Cabildo Metropolitano, hizo oposición a la Canonjía Doctoral de la S. Iglesia Catedral Metropolitana de México, fue Visitador del Arzobispado de México y Abogado de Cámara del Ilmo. Sr. Dr. D. Francisco Antonio de Lorenzana y Butrón.

En 1771, fue nombrado Provisor y Gobernador del Obispado de Durango, tanto en ausencia del Prelado, como en «Sede Vacante», nombrado por el Venerable Cabildo de ese Obispado, no obstante, al no ser Miembro de este, desempeñándo en ese Obispado los Cargos de Examinador Sinodal y Juez de Testamentos.

Por los años de I774 y 1775 se trasladó a la ciudad de Puebla, donde radicó y fue, por varios años, Cura de la Parroquia del Sagrario, Catedrático de Leyes en el «Seminario Palafoxiano», Secretario de Cámara y Gobierno del Ilmo. Sr. Victoriano López Gonzalo, Juez Provisor y Juez de Testamentos y Gobernador de la Curia de sus 3 inmediatos Predecesores en la Curia de Puebla, Ilmos. Sres. “López Gonzalo”, “Echeverria y Elguezua” y “Biempica y Sotomayor”.

Siendo Párroco más antiguo del Sagrario y Secretario de Cámara y Gobierno del Ilmo. Sr. López Gonzalo, ingresó al Venerable Cabildo Angelopolitano, el I7 de Marzo de I781, como Canónigo Penitenciario; el 30 de enero de 1797, tomó posesión de la Dignidad de Chantre y el 8 de julio de 1800, tomó posesión de la Dignidad de Arcediano.

Ocupando esta Dignidad, el Rey: Carlos IV de España, mediante su «Cédula Real «, fechada en Aranjuez, el 15 de Mayo de 1803, lo presentó a la Santa Sede Apostólica para ocupar la Sede Episcopal de Puebla, que se encontraba «Vacante» desde el 2 de Agosto del año anterior de 1802, promoción que fue confirmada por S.S.: Pio VII, (1800-1823), mediante su Bula firmada en Roma, el 26 de Marzo de 1804.

Habiendo gobernado a la Diócesis, como Obispo Electo, sin Bulas y sin Consagración Episcopal, por espacio de 1 año, desde el 18 de agosto de I803, en que, prestado el Juramento prescrito, se le entregó el gobierno del Obispado; teniendo ya en su poder las Bulas, el 21 de agosto de I804, tomó posesión Canónica del Obispado, por poder otorgado al entonces Sr. Dean de la S. I. Catedral de Puebla: Dr. Don José Franco y Gregorio.

Fue solemnemente Consagrado en el Templo Parroquial, (hoy. S. Iglesia Catedral) de la ciudad de Tehuacán de las Granadas, Pue., el 5 de Septiembre de 1804, por el Ilmo. Sr. Obispo de Oaxaca: Dr. Don Antonio Bergosa y Jordán.

El 8 de septiembre de 1804, al día siguiente de su entrada solemne a la Ciudad de Puebla, Su Ilma. bendijo solemnemente la «Casa de Ejercicios Espirituales», anexa al Templo del Calvario de la ciudad, cuya construcción fue costeada por Don Joaquín del Moral y Beristain.

Hombre dotado de espíritu progresista, dinámico y emprendedor, prosiguió, con singular entusiasmo y cariño, desde los principios de su gobierno, la Obra cumbre y predilecta de su ilustre e inmediato Predecesor: el Ciprés, junto con el Tabernáculo y la «Cripta De Obispos» de la S. Iglesia Catedral, aunque no tuvo la satisfacción, como fueron sus más vehementes deseos, ver la concluida. En. el mes de octubre de 1803, se inició la Obra de la «Cripta de Obispos», bajo la dirección del Arquitecto Don Manuel de Tolsá, siendo continuada, más tarde, por el Maestro Arquitecto: Don Antonio Recarenz y Caamaño y terminada, en tiempo de su ilustre e inmediato Sucesor, por el Maestro; Don José Manuel de Menaca.

A expensas de este Prelado se hicieron, en su mayor parte, las Torres del Templo del Templo del Espíritu Santo, llamado: «La Compañía” de la ciudad de Puebla; dio 1,000 pesos para la construcción del camino de Puebla a Atlixco y 1,000 pesos para el Puente del rio: «Cantarranas”, en el camino que, por él se abrió de Atlixco a los célebres manantiales de Axocopan.

Aunque este Prelado favoreció abiertamente a le Causa Realista, durante la llamada «Guerra de la Insurgencia”, iniciada en la madrugada del 16 de Septiembre de 1810, en el pueblo de Dolores, Guanajuato. y terminada el 27 de Septiembre de 1821, con la que se consiguió la Emancipación política de nuestra Patria del trisecular Dominio Español, intervino frecuente en favor de los Insurgentes, suspendiéndose por su mediación, en varias ocasiones, la ejecución de indios capturados por el ejército realista. Un eminente Historiador he dicho al respecto, sobre la actitud del Ilmo. Sr. González del Campillo durante el mencionado movimiento Insurgente, lo siguientes: «Fue un Prelado prudente, al mismo tiempo que fue recto y leal con las Autoridades de la Colonia, supo ser indulgente y misericordioso con los Insurgentes que luchaban por la emancipación de su Patria…”.

El 11 de enero de 1811, el Rey Fernando VII de España se dignó conferirle, en premio a sus relevantes méritos y a sus importantes servicios prestados a la Patria y a la Corona, la Gran Cruz de la «Real y distinguida Orden de Carlos III”.

Después de gobernar, por espacio de 9 años, 6 meses y 8 días, la entonces extensa Diócesis de Puebla, en años turbulentos y agitados, llenos de grandes conmociones políticas y militares: en la Madre España: las guerras de las “Invasiones Napoleónicas” y en México: la lucha de la Insurgencia en pro de su “Emancipación Política” que hicieron muy difíciles y laboriosas sus actividades Pastorales y que entorpecieron indudablemente muchas de las Obras que hubiera podido realizar, pleno de méritos, muy estimado y respetado de su Clero y de sus diocesanos, este Venerable Prelado falleció, en su Palacio Episcopal de la Ciudad de Puebla, el 26 de Febrero de 1813.

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