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Ilmo. Sr. Don Manuel Fernandez de Santa Cruz y Sahagún (1676-1699)

El undécimo Obispo Angelopolitano, Sucesor de Fr. Julián Garcés, en su Sede Episcopal, fue natural de la ciudad de Palencia, en Castilla la Vieja, España, donde nació el 10 de enero de 1637.


Estudió las primeras letras y humanidades en el colegio de Villa García de los P.P. Jesuitas, fue alumno esclarecido, en las facultades de filosofía y sagrada teología de la célebre Universidad de Salamanca, donde no sólo fue discípulo del docto Dominicano Godoy, sino que gozó del renombre de “Segundo Godoy”, recibiendo allí la borla de doctor en Sagrada Teología. Habiendo vestido también la beca del Colegio Mayor de Cuenca, donde tuvo como director espiritual al célebre P. Tirso González, más tarde Prepósito General de la Compañía de Jesús.

Siendo Canónigo Magistral de la S. Iglesia Catedral de Segovia y teniendo 35 años de edad, en 1672 fue presentado a la Santa Sede Apostólica, por el Rey Carlos II de España, para la Mitra de Chiapas que se encontraba vacante; pero antes de embarcarse rumbo a la mencionada Diócesis, fue promovido al Obispado de Guadalajara, en la provincia llamada de Compostela o de Nueva Galicia, en la entonces Nueva España, que se encontraba también vacante.

Habiendo arribado a Veracruz, el 27 de septiembre de 1673, comenzó a gobernar a su diócesis de Guadalajara, desde el 3 de abril de 1674, en que tomó posesión de la misma, antes de ser Consagrado.

Fue consagrado en la S.I. Catedral Metropolitana de México por el Excelentísimo Sr. Arzobispo de México y entonces XXVII Virrey de la Nueva España: Fray Payo Enríquez de Rivera, O.S.A., el 24 de agosto de 1675, con asistencia de los Excelentísimos Sres.: Arzobispo de Manila y Obispo de Durango.

Habiendo gobernado a su diócesis de Guadalajara por espacio de 3 años y 2 meses, hallándose practicando la “Santa Visita Pastoral” en la Provincia de Coahuila, en junio de 1676 fue trasladado a la Diócesis de Puebla, que se encontraba vacante, para la cual fue presentado por el Rey: Carlos II de España, a S.S. Clemente X (1670 – 1676), como consta por la “Cédula Real” del 2 de junio de 1676.

Tomó posesión de la Diócesis Angelopolitana, personalmente el día 9 de agosto de 1677.

Entre los muchos y notables sucesos acaecidos durante su gobierno y entre las múltiples y meritísimas obras que realizó durante este, en obsequio a la brevedad, basta mencionar lo siguiente:

El 2 de mayo de 1680, fue la jura del patronato de Señor San José sobre toda la diócesis.

En ese mismo año de 1680, al renunciar a la Mitra de Cuenca, España, para la que había sido promovido y a la Mitra Arquiespiscopal, que ocupaba, el Excelentísimo Fray Payo Enriquez de Rivera, O.S.A., el Excelentísimo Sr. Fernández de Santa Cruz fue promovido para sucederle; pero el 6 de febrero del siguiente año de 1681, el Venerable Cabildo de Puebla recibió una Carta suya, remitida desde Tonalá, avisándole que, por amor a sus diocesanos de Puebla, no había aceptado la Mitra Arquiespiscopal de México.

En el año de 1681 (según algunos historiadores, en el año anterior de 1680), gracias a los esfuerzos y entusiasmo de este Prelado, se estrenó la esbelta torre del lado norte de la S. Iglesia Catedral, con un costo de 100,000 pesos, de cantería, de estilo Romano, siendo su altura de 72 metros, comenzada y terminada por el Maestro Mayor: D. Carlos García Durango.

En octubre de 1682 se comenzó la edificación y decoración de los hermosos y artísticos colaterales de la Capilla de los Reyes de la S. Iglesia Catedral y del Altar de la misma, realizadas por los maestros arquitectos: D. Francisco Pinto, D. José Jacinto de la Mora y D. Diego de los Santos.

El 23 de noviembre de 1686, consagró solemnemente la campana mayor del reloj de la S. Iglesia Catedral, llamada: “Arcángel San Miguel” que fundió el maestro calderero y fundidor: D. Diego Márquez Bello.

Ferviente devoto y sincero admirador de su ilustre predecesor: Venerable Beato Palafox y Mendoza, inició este Prelado, en noviembre de 1691, la causa de su beatificación y canonización, formando por si mismo los procesos informativos que, por su autoridad ordinaria, se remitieron después a Roma.

El 26 de marzo de 1692 consagró solemnemente la campana de la Santa Iglesia Catedral, llamada: “Santa Cruz de Huatulco”, que fundió el Maestro calderero y fundidor: D. Diego Márquez Bello.

En noviembre de 1963 decretó la fundación del “Colegio de Infantes” de la S. Iglesia Catedral, con el nombre de: “Santo Domingo Mártir”, ordenando sabiamente sus Constituciones y reglamento.

Dio forma y esplendor al “Eximio Colegio de San Pablo” para teólogos, que comenzó a establecer el Excelentísimo y Venerable Beato Juan de Palafox y Mendoza, nombrando como primer colegial y rector al Pbro. D. Juan Mena Velázquez, lo separó del “Seminario Tridentino”, edificándole nuevo edificio en la calle llamada “de morados” (av. 7 oriente), le agregó un capital de 10.000 pesos, le dio por patrono al Apóstol San Pablo y, en el ceremonial y vestiduras, lo conformó con el Mayor de Cuenca, del que fuera ilustre colegial, cuyos alumnos usaban vestiduras moradas.

Fundó el convento de santa Mónica de religiosas agustinas recoletas, contribuyendo con su influjo a la fundación del convento de esta misma Orden en la ciudad de Oaxaca, nombrando a las religiosas fundadoras que salieron del Convento de Santa Mónica. Por su influjo, el Reverendo. P. Andía, O.P., comenzó el beaterío de Santa Rosa de Lima de la ciudad de Puebla y que fue y es el convento de religiosas Dominicas; promovió la fundación de las religiosas capuchinas, realizada después de la muerte de este prelado.

Amplió y reedificó la casa del oratorio de San Felipe Neri, anexa al templo conocido con el nombre de la “La Concordia”, en la ciudad de Puebla, labrando en ella un hermoso patio con paredes de artísticos azulejos, correspondiente a los claustros altos y bajos en que se edificaron aposentos para vivienda de los sacerdotes y para el uso de otros menesteres, la obra costó, más de 14, 000 pesos.

Gran devoto del Arcángel San Miguel, contribuyó con la cantidad de: 8, 000 pesos para las obras materiales del Santuario y de la casa anexa de San Miguel del Milagro, Tlaxcala. Antes de salir a la “Santa Visita Pastoral” de su extensa diócesis, se retiraba a este Santuario para practicar los “ejercicios espirituales” y al regresar de ella, volvía al santuario para dar gracias a Nuestro Sr. Y al glorioso Príncipe San Miguel por la protección de ellos recibida durante sus arduas labores pastorales.

Este ilustre prelado angelopolitano, en febrero de 1696, fue nombrado Virrey, gobernador y capitán general de la Nueva España e intendente de la Real Audiencia, honrosos cargos que no aceptó

A este esclarecido prelado debe reconocérsele como uno de los más insignes benefactores del “Seminario Palafoxiano”, ya que aumento memorablemente su célebre biblioteca con la donación de numerosos y valiosos volúmenes.

Después de gobernar su extensa diócesis, por espacio de 22 años y 6 meses escasos, como celoso pastor e infatigable organizador y constructor; practicando la “Santa Visita Pastoral”, falleció en la casa cural de la parroquia de San Cristóbal Tepeojuma, Puebla, el primero de febrero de 1699.

Después de enterrar sus entrañas delante del altar mayor del templo parroquial de la mencionada población su cadáver se traslado a la ciudad de Puebla, donde después de solemnes honras fúnebres, el día 5 del citado mes de febrero, su cadáver fue sepultado en el llamado “Panteón de Obispos” de la S. Catedral de Puebla.

Sus restos mortales actualmente reposan en la llamada “cripta de obispos” de la mencionada S. Catedral.

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